Proyector cinematográfico para película de 35 mm
Marca Pathé Frères
Fabricado por Pathé
París, Francia, 1910
Descripción
- Proyector cinematográfico que utiliza un “movimiento o máquina” Pathé.
- Movimiento a base de manivela.
- Intermitencia por cruz de malta.
- Capacidad de proyección de 1,000 pies de película.
- Iluminación a partir de arco voltaico que está situado en la linterna metálica. (Este arco consiste en una lámpara de carbones, la cual está formada por dos barras de grafito que funcionan como electrodos por los que se hace pasar una corriente eléctrica muy intensa, unos 10 amperios. Cuando se separan los electrodos, se produce una luz muy fuerte y blanca, con mucho calor y humo que tienen que ser extraídos del proyector por una chimenea).
- Porta-objetivo montado sobre un riel que permite desplazar la lente del proyector cinematográfico a un proyector de placa fija.
Más información
- Cuando la industrialización del cinematógrafo se generalizó en todo el mundo, se acostumbraba utilizar, como maquinaria fundamental de un “proyector”, un “movimiento” de marca reconocida y de mejor y comprobado funcionamiento como esta máquina Pathé, de la cual se tienen muchos ejemplares en la Filmoteca. Dentro de nuestra colección, la máquina Pathé aparece en varios proyectores, unos de buena factura y otros que llamamos “hechizos”, los cuales son producto del ingenio mexicano, improvisados y de presentación tosca y poco ortodoxa, pero que cumplían con la función para la cual habían sido construidos. Contamos con un anuncio comercial de este proyector en un periódico de la época.
- Toda la proyección cinematográfica comercial en el mundo, utilizó la lámpara de carbones, de forma generalizada, para impedir la inflamación de la película de nitrato, la cual fue empleada hasta los años 50. En esa época, los proyectores además utilizaban un filtro de cristal anticalórico que dejaba pasar la luz pero impedía el paso del calor. Es importante señalar que, en la ciudad de México, hubo salas tan grandes como la del cine Florida, ubicado en el barrio del Carmen, cerca de Tepito, cuya capacidad era de cuatro mil espectadores y cuyo tiro (distancia del proyector a la pantalla) era de cerca de cien metros, por lo que se tenía que usar una luz muy intensa, de carbones, para llenar la pantalla de tan magno edificio.