Los aparatos precinematográficos fueron inventados por diversos científicos a lo largo del siglo XIX con la finalidad de demostrar sus teorías relacionadas con la óptica, en especial la teoría de la persistencia retiniana. Estos artilugios fueron conformando los orígenes de cinematógrafo, inventado en 1895.
Cuando estos aparatos cumplieron los objetivos científicos por los que fueron creados, se convirtieron en juguetes ópticos y formaron parte del ocio de la época teniendo un uso lúdico y fascinando a los espectadores.
Una de sus principales características eran crear la ilusión óptica del movimiento. Ejemplo de ello es el fenaquistiscopio, creado por Joseph Plateu con la intención de demostrar su teoría de la persistencia retiniana. El fenaquistiscopio consistía en una base que soportaba dos discos de metal, sobre uno de ellos se colocaba un disco de papel con una secuencia de dibujos, el otro disco de color obscuro presentaba ranuras a través de las que se podían observar los dibujos, y que al girarlo se creaba la ilusión del movimiento.
Sin embargo, una de las limitaciones de estos artilugios, era de que sus efectos sólo eran perceptibles por un individuo o un pequeño grupo de personas.
Dichos aparatos fueron creados con diversos tipos de materiales para su buen funcionamiento. El teatro praxinoscopio, estaba hecho de madera, el mutoscopio elaborado en metal e incluso algunos ya estaban conformados por lentes, cómo la cámara Stéréocycle Bazin & Leroy, la cual servía para tomar imágenes y después verlas en visores estereoscópicos como el Brewter. Estos visores permitían que al observar las fotografías, se generara la sensación visual de profundidad, permitiendo percibir la imagen en tercera dimensión.
El cine, tal como lo conocemos, se sirvió para su gran desarrollo de los llamados aparatos precinematográficos o juguetes ópticos. La invención y su manufactura, en gran escala, contribuyó de una manera muy destacada a su consolidación.
